Dentro del polje de Matienzo se desarrolla el sistema de Ozana. Una travesía aparentemente sencilla, poco atractiva, unido a tener que elegir la época del año adecuada, ya que puede sifonarse en múltiples puntos con gran facilidad, ha motivado que la hayamos dejado siempre en segundo plano.

Un fin de semana del pasado mes de julio, tras un periodo sin lluvias, con pocas referencias y casi sin pensarlo nos vamos para allá.

El sistema se abre al exterior en tres bocas. La intención es acceder por la superior Torca de Oñite, y salir al exterior por la inferior, Cueva de Tiva. El acceso a ellas es fácil y corto y la localización la hacemos el viernes al llegar del viaje, apreciando la cantidad de basura que se acumula en sus bocas. Como está próxima y vamos bien de tiempo nos acercamos a la Torca del Risco, también llamada del Sedo por encontrarse en el barrio con este nombre. Es el acceso intermedio al sistema, se trata de un pozo de unos ocho metros, que sirve, evidentemente, de vertedero, donde además han arrojado animales muertos, desprendiendo un olor insoportable. En alguna ocasión había leído que su fondo se hallaba taponado, consecuencia de la basura y arrastres, por lo que salimos pitando sin dejar instalada una vía de escape.

La mañana del sábado vamos a instalar un pozo en el interior de Tiva, la que tendría que ser nuestra salida. Las paredes de sus galerías, son testigos del nivel que el agua puede alcanzar. Para conseguir nuestro destino tenemos que atravesar un par de complicadas gateras y ascender un delicado conducto, por lo que esto ya no parece tan fácil.

De nuevo en el exterior Paco insiste en dejar una cuerda en la Torca del Sedo. No le hacemos caso y nos vamos directos a Oñite, comienzo de la aventura.

El acceso al interior, lo efectuamos destrepando un resalte que nos deposita en un estrecho meandro. Pronto encontramos agua, no nos cortamos y para dentro, pero a escasos metros se sifona, teniendo que retroceder intentamos sin mucha ilusión por otro conducto y nada. Cuando estamos pensando en el abandono Paco alcanza un nivel superior en el que hay continuación, y lo mejor, seco. Por un meandro desfondado alcanzamos la cabecera de un P 19 aéreo y completamente regado donde es inevitable el mojarse, que nos deposita en el fondo de la Sala Carballo. Continuamos, al fin, por una galería repleta de formaciones, y poco a poco llegamos hasta el Lago del Sifón, hemos porteado el bote todo el camino, pero el nivel del agua es bajo y no es necesaria su utilización.

Hemos tropezado con restos de basura a lo largo de todo el trayecto, pero acabamos de llegar a la gran ferretería: cacerolas, sartenes, planchas y orinales con pedales, estamos en la base de la Torca del Sedo, esto unido al olor quedesprenden los restos orgánicos te puede dar idea del maravilloso lugar donde nos encontramos. Desde aquí podemos ver la luz del día que entra por la sima, ¿qué ha sido entonces de la obstrucción que un día leí formada en este punto? Buscamos inútilmente, entre la basura, el acceso al siguiente sector, pronto nos damos cuenta de que es éste el paso colmatado.

Solo nos queda desandar nuestro camino, pero Paco realiza la arriesgada escalada de los ocho metros que nos separan del exterior evitándonos lo que hubiese sido un penoso retroceso.

Club Abismo